Los retos de la IA generativa

En este capítulo del podcast El Futuro del Trabajo contamos con la compañía de Amparo Alonso, catedrática de inteligencia artificial en la Universidad de A Coruña y ex presidenta de la Asociación Española de Inteligencia Artificial, que nos ayudará a arrojar luz sobre las repercusiones que tendrán herramientas como ChatGPT en el ámbito laboral y educativo, entre otros. Asimismo, haremos un repaso de los cambios que ha experimentado este sector en los últimos años y ahondaremos en la importancia de la ética y de la investigación en inteligencia artificial, además de ver cómo se pueden regular estas tecnologías.

Desde hace un tiempo se habla mucho sobre los cambios más recientes en la inteligencia artificial, pero queremos aprovechar los amplios conocimientos de Amparo para que nos hable de aquellos cambios no tan recientes que ha vivido el sector y cómo se han afrontado. Para empezar, ¿en qué se diferencia la inteligencia artificial más clásica respecto a la que estamos viviendo hoy en día? Amparo piensa que una de las grandes diferencias es que ahora la inteligencia artificial es mucho menos transparente. Y precisamente esta falta de transparencia es la culpable de algunos de los problemas que estamos teniendo relacionados con la responsabilidad y la ética de estas herramientas. 

Respecto al ChatGPT, esa herramienta de la que ahora habla todo el mundo, Amparo señala que no es la primera disrupción que vivimos en el mundo de la inteligencia artificial, pero sí la primera que se extiende a esta velocidad vertiginosa. Además, estamos ante una batalla entre las grandes compañías por sacar productos similares, y eso significa que seguramente las disrupciones serán cada vez más seguidas. ¿Qué implicaciones tendrá esta herramienta? ¿Qué repercusiones puede tener en la educación de los más jóvenes? ¿Cómo se regulará esta tecnología? Son algunas de las preguntas que necesitamos plantearnos.

Nuestra invitada no está a favor de detener la investigación sobre la inteligencia artificial, como han pedido algunos empresarios y expertos en una carta abierta que se publicó hace unas semanas. La investigación es esencial para entender mejor estas herramientas y poder regularlas de forma ética. 

Otro desafío es la gestión de los cambios sociales que implica y a la vez requiere esta revolución tecnológica. Uno de estos cambios sociales es la educación. ¿Cómo se puede evaluar a los alumnos si tienen acceso a esta clase de herramientas y a menudo no cuentan con los conocimientos necesarios para usarlas de forma ética? A largo plazo, la clave estará en conseguir que los alumnos desarrollen un espíritu crítico para interpretar lo que dice la máquina y saber utilizarla de modo correcto, pero a corto plazo ya vemos que algunas universidades han recuperado los exámenes presenciales en papel para comprobar que los alumnos han aprendido los conceptos de las diferentes asignaturas. Seguramente, opina Amparo, la inteligencia artificial acabará siendo una herramienta que acompañe a los estudiantes en su aprendizaje, igual que lo fue en su día la calculadora, que también provocó una gran indignación entre los profesores.

En cualquier caso, Amparo Alonso recalca que la inteligencia artificial generativa nos abre un gran abanico de aplicaciones muy interesantes en muy diferentes campos, y que estas tecnologías pueden ayudarnos a afrontar los retos que tenemos ahora y los que tendremos en el futuro, incluyendo los que nos generará el desarrollo de la propia inteligencia artificial.