Nos encontramos en un entorno competitivo en el que las empresas necesitan tener dirigentes curiosos, inquietos, interesados en estar al día de las últimas tendencias en su sector y con capacidad para cuestionarse las normas y procesos establecidos. Pero hace falta más. Se requieren, también, empleados curiosos con iniciativa para explorar, detectar experiencias y oportunidades y plantearse nuevas soluciones para situaciones donde las recetas de siempre ya no funcionan. Además, existen evidencias de que hay una relación positiva entre el nivel de curiosidad y el desempeño individual de los trabajadores, particularmente en aquellos trabajos más complejos y con límites menos definidos. En este contexto, y con el objetivo de conocer cuál es el nivel de curiosidad que existe hoy en día en las empresas