17 de Diciembre de 2024
La nacionalidad de las personas influye en cómo otros perciben su capacidad de liderazgo
Explora Artículos Edelman Trust Barometer 2023
enero 18, 2023 9 min
El barómetro de la confianza de Edelman nos revela un panorama complejo que requiere acciones decididas por parte de todas las partes implicadas
Esta mañana he tenido la oportunidad de asistir al evento de presentación en el foro de Davos de la 23 edición del Barómetro de la Confianza que anualmente elabora Edelman (Edelman Trust Barometer 2023).
A la presentación de las principales conclusiones del informe por parte del CEO de Edelman, Richard Edelman, ha seguido una mesa redonda moderada por el periodista Thorold Parker, del Wall Street Journal, en la que han participado Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jane Sun, CEO del grupo Trip.com, David Miliband, presidente del International Rescue Committee y ex ministro de asuntos exteriores británico, Lorenzo Simonelli, chairman de Baker Hughes, Hanneke Faber, presidente del negocio de nutrición de Unilever, y Yoshito Hori, presidente y fundador de Globis Capital Partners.
El informe de este año, en el que han participado 32.000 personas de 28 países, dibuja un panorama complejo en el que caben destacar los siguientes cambios respecto a ediciones pasadas:
El optimismo económico se desploma
En promedio solo cuatro de cada diez personas encuestadas (una de cada cuatro en España) está de acuerdo con que ellas y sus familias estarán en una mejor situación económica en cinco años (“my family and I Will be better off in 5 years”). 24 de los 28 países analizados están en mínimos históricos respecto a esta pregunta. La gente tiene miedo. Y a lo que más gente tiene miedo es a perder su trabajo (89%), seguido del cambio climático (76%), la inflación (74%), una guerra nuclear (72%), la escasez de alimentos (67%) y la escasez de energía (66%). Este “ranking de miedos” nos revela lo mucho que han cambiado las cosas en doce meses. Es cierto que el año pasado el miedo a perder el trabajo (85%) y el cambio climático (75%) también lideraban la lista, pero las demás cosas a las que la gente tenía más miedo eran otras: la ciberseguridad (71%), perder libertades como ciudadanos (65%), o sufrir prejuicios o racismo (57%).
Las empresas son la única institución considerada al mismo tiempo competente y ética
A nivel global, 62% de los encuestados confían en las empresas, el 59% en las ONG, el 51% en los gobiernos y el 50% en los medios de comunicación. En relación con esta cuestión hay que destacar la mejora significativa que ha experimentado en los últimos dos años la valoración que los encuestados hacen de la ética de las empresas, lo que probablemente en gran parte sea un reflejo de la preocupación cada vez mayor que las empresas muestran por las cuestiones medioambientales, de impacto social y buen gobierno (ESG). De hecho, las empresas son la única institución que “aprueba” este año tanto desde la perspectiva de su competencia para cumplir su misión como desde la perspectiva de su comportamiento ético. En España, sin embargo, el panorama es un poco diferente. La institución en la que confían más personas son las ONG (53%), seguidas de las empresas (49%), medios de comunicación (38%) y gobierno (36%).
En relación con esta diferencia que en general se observa entre la confianza que los ciudadanos tienen en las empresas y la confianza que tienen en los gobiernos, da que pensar que el porcentaje de encuestados que ven a los gobiernos como una fuente de información falsa o engañosa (46%) es superior a quienes los consideran una fuente de información fiable (39%), lo que contrasta con lo que observamos respecto a las empresas, a las que el 48% de encuestados las considera como una fuente de información fiable, mientras que el 30% las percibe como una fuente de información falsa o engañosa.
La confianza en las instituciones es mayor entre los grupos de mayores ingresos
A nivel global se observa una brecha significativa entre la confianza en las instituciones que muestran las personas en el cuartil más alto de ingresos (64%) y las personas en el cuartil más bajo (49%). Esta diferencia es especialmente marcada en países como Tailandia (37 puntos de diferencia entre ambos grupos), Estados Unidos (23 puntos), Arabia Saudí (20 puntos) y China y Japón (19 puntos).
En España la diferencia no es tan grande, apenas 9 puntos que podríamos interpretar como una buena noticia. La pena es que esto se deba a que los niveles de confianza en las instituciones son muy bajos en ambos grupos (49% en el cuartil más alto frente al 40% en el cuartil más bajo).
La falta de confianza en las instituciones favorece la polarización de las sociedades
El informe nos advierte del riesgo de que se esté generando un peligroso círculo vicioso. La falta de confianza en las instituciones favorece la polarización de las sociedades, lo que, a su vez, contribuye a aumentar todavía más la falta de confianza en las instituciones.
En 15 de los 28 países analizados, más de la mitad de los encuestados son de la opinión que sus países están más divididos hoy que en el pasado (un 53% en España).
Entre los grupos que más encuestados señalan entre las fuerzas que favorecen esas divisiones destacan los “ricos y poderosos” (62%), los gobiernos hostiles de potencias extranjeras (61%), los gobernantes del propio país (49%) y los periodistas (43%). En el otro extremo, entre los grupos que favorecen más la unidad y la cohesión social destacan los profesores (64%), los líderes de ONG (46%) y los líderes empresariales (41%).
Las personas esperan más de las empresas
Especialmente de sus empleadores. En este sentido es significativo que mientras el 62% confía en las empresas en general, este porcentaje se eleva hasta el 77% cuando se les pregunta sobre las empresas concretas para las que trabajan.
Sin embargo, un porcentaje significativo de encuestados opina que las empresas no hacen lo suficiente en relación con temas como el cambio climático (53%), las desigualdades económicas (50%), la escasez energética (50%), el acceso a la sanidad (47%), la fiabilidad de la información (45%) o la recualificación de los trabajadores (44%).
Asimismo, los encuestados esperan que los CEO de las empresas se “mojen” públicamente en temas como el trato a los trabajadores (89%), el cambio climático (82%), las discriminaciones (80%), las desigualdades económicas (77%) y la inmigración (72%). Y consideran que están obligados a pagar salarios justos (84%), asegurar la prosperidad y seguridad de la comunidad local (79%), pagar impuestos justos (78%) y formar a sus empleados (78%).
Lo que se necesita es acción
En cualquier caso, la mayoría de encuestados (41%) reconoce que los mejores resultados frente a desafíos como el cambio climático, las discriminaciones, la inmigración, el trato a los trabajadores y las desigualdades económicas, se conseguirán si empresas y gobiernos colaboran y trabajan unidos (frente al 21% que cree que los mejores resultados se consiguen si ambos actores trabajan separados, el 16% que piensa que lo mejor es dejar esos retos solo en manos de los gobiernos, y el 10% que cree que lo mejor es dejarlos solo en manos de las empresas).
En resumen, el barómetro de la confianza de este año nos revela un panorama complejo que requiere acciones decididas por parte de todas las partes implicadas para reparar el tejido social. Entre otras, defender la verdad (lo que incluye decir las verdades difíciles), mirar a largo plazo, asegurar que las cargas se reparten de manera equitativa. Y, como señalaba David Miliband, entender que no podemos enfrentarnos a riesgos globales preocupándonos únicamente de la resiliencia de nuestros sistemas locales.
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Imagen Scouse Smurf bajo licencia Creative Commons
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