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Explora Artículos Y el coche autónomo salió solo a la calle...
diciembre 5, 2017 9 min
Por primera vez se despliega en una ciudad una flota de coches autónomos sin copiloto humano
En Marzo de 2004, quince vehículos compitieron en el desierto de Mojave por un millón de dólares: Este era el premio para el ganador de la primera carrera para vehículos autónomos planteada por la agencia de defensa estadounidense DARPA. Ninguno de ellos logró sobrevivir al reto tras recorrer unos pocos kilómetros.
Solamente una década después, fuimos testigos de cómo Elon Musk anunciaba la inclusión de la función de piloto automático en sus coches eléctricos Tesla, mientras que el resto de los grandes fabricantes se sumaban a esta carrera, elaborando soluciones y estrategias para competir en este nuevo mercado.
Este es un ejemplo especialmente claro de las llamadas tecnologías exponenciales, que mejoran su rendimiento a un ritmo que supera en mucho nuestras expectativas lineales: inicialmente los avances parecen ir más lentos de lo que esperamos hasta que, en un punto de inflexión que parece suceder de un día para otro, nos asombramos de descubrir su alcance.
En el caso de los coches autónomos este punto de inflexión puede haberse producido este pasado mes de Noviembre en que Waymo, la filial de Alphabet (Google) y creada como empresa independiente solamente a finales del año pasado, ha logrado poner en marcha por primera vez una flota de coches autónomos que proporcionan servicio de transporte circulando sin una persona tras el volante y en una ciudad real.
La población elegida ha sido Phoenix (Arizona), donde la legislación es lo suficientemente flexible para permitirlo. Aunque inicialmente el experimento está limitado a una zona de unos 160 km2, a usuarios voluntarios y con un empleado de Waymo en el asiento trasero por si hay problemas, se trata de un hito sin precedentes que muestra el aumento de la confianza en algo que hace unos pocos años parecía imposible: el coche autónomo.
Por si esto fuera poco, tan solo unos pocos días después, Navya, una start-up francesa, anunciaba su prototipo de ‘robotaxi’ que se venderá por 250.000 euros en 2018. Estos vehículos para seis pasajeros, ya han sido diseñados desde cero sin volante ni pedales y tienen previsto empezar a rodar en pruebas por París en las próximas semanas.
Sin duda, esta tecnología promete consecuencias muy positivas, como la reducción esperada en las víctimas de accidentes de tráfico (unos 1.200 fallecidos en España en 2016) o la próxima explosión de una ‘economía del pasajero’ que algunos empiezan ya a intuir y que aprovechará los tiempos de aburrimiento durante los trayectos en los coches autónomos para ofrecer a los pasajeros todo tipo de bienes y servicios.
Estas ganancias contrastan con los posibles impactos en los miles de puestos de trabajo que ahora asociamos a conducir, o los riesgos debidos a las vulnerabilidades de los vehículos ante posibles ataques de hackers, y ponen de manifiesto la necesidad de adaptar rápidamente gran cantidad de aspectos relacionados con la conducción: desde la legislación hasta las coberturas de los seguros.
¿Estaremos por fin a las puertas de la llegada masiva de los coches autónomos?
Probablemente uno de los pocos que podría contestar a esta pregunta, dada su posición de observador privilegiado, es Elon Musk y quizá no sea casualidad que el excéntrico propietario de Tesla y SpaceX haya decidido enviar su coche a Marte. A lo mejor como muestra de que no tiene previsto tener que conducir mucho más… ;=)
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